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Luis Suárez López (Albaida del Aljarafe, Sevilla, 1918-México, 2003) publicó en 1936 sus primeros artículos en el periódico sevillano El Liberal, inicio de una andadura que lo llevaría a convertirse en uno de los grandes nombres de la prensa mexicana. Vocación interrumpida durante una guerra civil en la que cimentó su inquebrantable compromiso con el comunismo y desarrolló una precoz y brillante carrera militar, tras la derrota republicana y su paso por los campos de concentración franceses, se exilió en 1939 en México, país al que acabaría considerando su segunda patria. Desde su llegada a México, comenzó a trabajar en algunos de los medios de prensa y televisión más importantes del país y fue pieza esencial en la fundación de la Organización Internacional de Periodistas, de la Unión de Periodistas Democráticos de México y de la Federación Latinoamericana de Periodistas. Pero, sobre todo, se convirtió en uno de los mejores cronistas de la realidad mexicana y en reportero de acontecimientos centrales de América Latina y el resto del mundo: las guerras de Argelia, Vietnam, Angola o Afganistán, la revolución cubana y la guerrilla bolivariana del Che, la invasión estadounidense de República Dominicana, Granada y Panamá, el golpe de estado militar en Chile, la convulsa historia de Haití, Nicaragua, Etiopía o Palestina? Sus magistrales entrevistas a una nómina impresionante de personalidades políticas, sociales y culturales (Ernesto Che Guevara, Ho Chi Minh, Fidel Castro, Nikita Kruschev, Hortensia Bussi, Salvador Allende, Indira Gandhi, Rigoberta Menchú, Pablo Neruda...) dieron lugar a obras referentes del género como Confesiones de Diego Rivera (1962), Lucio Cabañas, el guerrillero sin esperanza (1976) o Entre el fusil y la palabra (1980). Suárez siempre entendió su oficio como un compromiso activo capaz de provocar desde la objetividad, que no la neutralidad, la concienciación en el lector. Así lo evidenció desde su primer libro, España comienza en los Pirineos (1944), hasta títulos como Guerra en la paz: Vietnam, Camboya y Laos (1969), Los países no alineados (1974) o La otra cara de Afganistán: reportaje en el corazón de Asia (1983), y así se manifiesta en Puente sin fin. Testigo activo de la historia. Memorias parciales (2000), obra que nos brinda la posibilidad de conocer a fondo la vida de uno de nuestros mayores periodistas.