Menú
- inicio
- Catálogo
- Poesía y Teatro
- Historia y Memorias
- Narrativa y Ensayo
- Bibliotecas de autor
- Ulises
- Revistas
- mas vendidos
- Autores
- Prensa
- Comunidad
- Nosotros
- Digitalización
Instrumento al servicio de la Monarquía Católica, el Santo Oficio de la Inquisición cobró un nuevo protagonismo al finalizarse el Concilio de Trento (1545-I563). Erigido en baluarte contra la penetración del protestantismo en las posesiones españolas, prosiguió al mismo tiempo la represión de las manifestaciones tardías del islam y el judaísmo peninsulares, en Sevilla en especial, donde estaban asentadas importantes comunidades de cristianos nuevos. Con la profunda renovación de la vida religiosa impulsada por el Concilio de Trento, el Santo Oficio pasaba a ser asimismo una corte de disciplina religiosa para los cristianos viejos, fueran ya legos, ya religiosos. Al ponerse al servicio de los ideales espirituales y temporales de la Corona, aceleró la difusión de nuevos valores religiosos y morales a la vez que quebrantaba las resistencias de las poblaciones cristianoviejas frente al mensaje tridentino.