La denuncia de la desigualdad de la mujer y la injusticia social también predomina en su faceta literaria, en narraciones como La ciudad perdida o El secreto, ahora reeditadas por Renacimiento. El sello está recuperando toda su obra: sus volúmenes de memorias, la novela A instancia de parte (1955) o Monte de Sancha (1950), basada en su experiencia personal en Málaga en las vísperas y primeras semanas de la Guerra Civil, antes de pasar a zona nacional. A Formica le iba la vida en ello, pues había sido una de las primeras falangistas españolas.

Ya durante la guerra rechazó la deriva del Movimiento, y en la posguerra se desvinculó del mismo e hizo suyo el espíritu integrador de antiguos camaradas como Ridruejo, el esfuerzo por «entender las razones del otro». Nada que fueran capaces de entender quienes en 2015 retiraron el busto de Formica de la Plaza del Palillero de su Cádiz natal por representar «el fascismo» y un modelo de mujer «fiel a la obra de Franco».

Fuente: La lectura - El mundo