Autobiografía lírica de un paseante compulsivo y solitario, quizás vencido antes de tiempo, cuyo deambular continuo por idénticas calles repetidas parece guiado por la oscura intuición de que no nos pertenece la felicidad. Si la realidad se asemeja a una farsa, tan solo queda, intacto, el refugio de los automatismos y los pequeños ritos cotidianos. En De mis soledades vengo ha querido Marcos Tramón compartir con nosotros, los lectores, la trama invisible de sus días, consciente de que toda vida puede caber en unas pocas sílabas.