La presente Antología de Ricardo Defarges se puede dividir en tres partes, netamente individualizadas. La primera etapa, de juventud, incluye poemas escuetos y sencillos, en ocasiones cercanos a la canción, que expresan un dolor contenido y sobrio. La etapa de madurez incorpora poemas más complejos, apareciendo el «culturalismo», los «versos humanos», allende ya de la soledad, y hasta algún poema «filosófico». Por último, aparece una tercera fase, representada por los dos últimos libros; son poemas de vejez, de parcial discapacidad, y de incipiente decrepitud. Se trata de composiciones de un poeta que se aproxima, como hombre, a la extinción. La Antología queda así, en cierto modo, cerrada. Los eventuales poemas futuros siempre pertenecerán, como es lógico, a esta tercera fase. Es fácil adivinar cuáles son las dos vertientes que se divisan desde La cima vieja (título de uno de los dos últimos libros del poeta, correspondiente a esa época final). Los contados poemas escritos por el autor después de la publicación de su último libro Muere al nacer el Día, quedan incorporados a la presente Antología.