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Prólogo de Luis A. Esteve Juárez.
Crónica General de la Guerra Civil es una antología de artículos de prensa que ha sido citada muchas veces y que, sin embargo, resulta poco accesible porque es uno de los pocos trabajos de María Teresa León que no ha sido aún objeto de una reedición. Como otros muchos libros aparecidos en aquellos años de guerra ha permanecido en algunas bibliotecas esperando el rescate editorial. En el propio título se apunta a dos motivaciones para el mismo. Una, claramente política, venía explicada por las alusiones aparecidas en los artículos que publicaron los escritores de la Alianza de Intelectuales Antifascistas: España había sido nuevamente atacada y tenía que defenderse de aquella invasión que venía de África o de Germania. La resonancia medieval era irresistible para todos; la comparación con otras invasiones medievales o más modernas -se la denomina en otros casos Segunda Guerra de Independencia- la tenía presente el completo espectro ideológico antifascista. Otra, más personal, las connotaciones medievales debían de ser inevitables para María Teresa León Goiri, sobrina de María Goiri, esposa de Ramón Menéndez Pidal, editor de la Crónica General alfonsí y de un inabarcable Romancero, cuya Flor nueva dedicara a su hija Jimena por la que María Teresa León sentía tan grande admiración según cuenta en Memoria de la melancolía, donde también cuenta que fue en su casa donde conoció a Rafael Alberti, de cuya pluma saldrán algunos de los romances del Romancero de la Guerra de España.. Esta fue la Crónica que escribieron aquellos compañeros de la Alianza, una selección organizada de sus crónicas, de sus artículos, de sus reflexiones en la que quería sintetizar todas las vicisitudes que estaban pasando. Se hicieron no pocos libros compilatorios de crónicas en aquellos tristes años. Este fue uno más y no de los menos interesantes por sus características de los que se pueden reunir para ir «construyendo la epopeya» como escribiría Benjamín Jarnés. Esta es una de las realizaciones que salieron de aquel palacio de los Heredia Spínola, donde se comenzó a fraguar El mono azul o las «Guerrillas del teatro». No es la prosa encendida o melancólica según el caso de María Teresa León, sino su espíritu combativo el que ha dirigido la compilación, porque la labor intelectual y de propaganda -en definitiva este libro es labor de propaganda- no es sólo la que se hace con las propias manos, sino la que se idea, se dirige y se le da sentido. Por eso la Crónica General podemos considerarla también una obra de María Teresa León.