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Prólogo de Felipe Hernández Cava.
Aunque hoy en día esté un tanto olvidado, Antonio Ayné Esbert (Barcelona, 1920-Mataró, 1980) es sin duda uno de los grandes del cómic español tras la guerra civil. Prolífico artista gráfico en multitud de publicaciones, Ayné creó algunos de los personajes más populares de los años cuarenta y cincuenta (Narizán, Don Triqui, Chispa, el Conejito Atómico, el Profesor Carambola y el Caballero Enmascarado) que no se limitaron a divertir si no que también enseñaron y, a su modo, educaron a las dos primeras generaciones de niños españoles de la difícil posguerra. La ingente obra impresa de Ayné, junto a la de un pequeño puñado de excelentes artistas populares, sentó las bases del dibujo esperpéntico y del tebeo de humor español, llegando su influencia hasta el gran Ibáñez e incluso hasta algunos de los mejores dibujantes de la actualidad.